sábado, 19 de diciembre de 2015

Día 3: Una catastrófica visita

Veréis, hijos míos, pues esta tarde recibí una extraña visita. Alguien estaba llamando a la puerta. No me sonaba nada bien, pero como vi que era rojilla, le abrí sin más.



De repente la señora me empieza a hablar. ¿Pero qué c. es esto? (Sí, qué ce-punto). Primero, vi que no era rojilla del todo, y luego, me empieza a preguntar por Ataúlfo!! Que no me lo creía, hija, así que sin más, le dije que no estaba, que yo no conocía a Atachochos o quien estuviera buscando.



¡La desgraciada se quitó la peluca semirrohilla y me dio un golpe! Sabía desde el principio que no era de confiar...



Total, que baja la Pili y se pone a tirarle de los pelos, y la otra a ella también, viceversa, lo que se dice, jaja. Bueno, de jaja nada, ¡que casi mata a mi pobre hermana! Yo no daba pie con bola. ¡No daba PIE CON BUÓLA!!



Mira, que viene mi marido, el hombre de la casa, que se supone que debería defendernos, y el pobre como es tan cateto solo se le ocurre pegar a la furcia esa con un tetabrí de esos de leche!!



Ay dios mío, mira, me levanté, y de repente entra Ataúlfo por la puerta. ¡Hablando del rey de la cona, por la ventana se asoma! O no era así....... Bueno, que apareció.



Mira, la señora esa se pone a contarle que si es el amor de su vida, que si la traicionó por otra, ¡un cuento tenía esa!!



Mira, estaba yo harta y pensé para mis adentros "Me va a amargar la existencia a mí esta?!" Cogí el tetabrí y le di mientras gritaba "Calla ihap*ta!!!!!". Y claro, cayó redonda. ¡REDONDA!



Al final nos bebimos la leche del tetabrí como una celebración.

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