Hidraté a Rosinda. Hoy, finalmente pudo quedar después del trabajo. ¡Siempre está ajetreada! Y al final acabamos en mi casa, quería tranquilidad porque según ella le dolía la cabeza. Y bueno hijos, ya sabéis, pues estuvimos charlando y no sé qué más contaros. Ala, os dejo con las fotos y os llega. ¡Ah! No os quejéis que mañana habrá una de esas entradas, Anécdotas de la Loli.
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