¡Holaa! Esta será aquí in situ mi primera entrada para "Anécdotas de la Loli". Consistirá en que cada viernes os contaré una anécdota que me haya pasado en mi vida. Vamos con la de hoy.
Cuando era joven, tendría veinticinco años, me teñí por primera vez. Aunque no lo parezca, sí, soy teñida porque a los veinticinco me empezaron a salir canas. Estaba muy contenta porque mi pelo había vuelto a la vida, me sentía más yo misma. Pero un día iba yo paseando con mi perro por una zona un tanto forestal, cuando de repente me tropecé con una roca y me caí. Me di muy fuertemente en la cabeza, y empezó a emanar líquido rojo. Pensaba que simplemente se me estaba yendo el tinte, así que no me preocupé y continué mi paseo (aunque iba chorreando rojo). De repente me desperté en un hospital. Al parecer lo rojo era sangre que caía de mi cabeza y me había desmayado por perder demasiada. Un hombre extraño que estaba sentado a mi vera en el hospital me dijo que me había recogido del suelo, me sentí como una cagada. Se lo agradecí mucho y al día siguiente ya pude volver a mi vida normal.
Por cierto, ¡que hoy es viernes 13! Uuuuuuuh...
No hay comentarios:
Publicar un comentario